Andi Uriel Hernández Sánchez
No habían pasado más que 48 horas desde la conclusión de la jornada electoral y del refrendo del gobierno de Morena en Veracruz, cuando el gobernador Cuitláhuac García decidió enviar un duro mensaje a los veracruzanos, verdaderamente premonitorio de lo que nos espera los próximo 6 años. Pues por la tarde del martes 4 de junio fueron brutalmente reprimidas dos manifestaciones pacíficas de ciudadanos desesperados que solicitaron la pronta y rápida atención del gobierno estatal para combatir sendos incendios forestales en la zona de las Altas Montañas.
La primera acción ocurrió contra pobladores de los municipios de Coatepec, Cosautlán de Carvajal e Ixhuacán de los Reyes que exigían acciones más eficaces del gobierno estatal para combatir el fuerte incendio forestal ubicado entre los municipios de Ixhuacán de los Reyes y Quimixtlán en los límites con el estado de Puebla.
Los pobladores de esa región informaron a través de diversos medios de la existencia de un fuerte incendio desde el sábado 1 de junio, sin embargo, el gobernador Cuitláhuac García no respondió al pedido de auxilio, pues seguramente se encontraba en plena operación electorera para asegurar el triunfo de Rocío Nahle y los morenistas. Desde ese día, los vecinos de la zona se organizaron como pudieron para intentar extinguir el fuego, pero no lo consiguieron, este se expandió y para la tarde del lunes 3 de junio amenazaba con consumir el pueblo de Barranca Grande y otros cercanos, ocasionando pérdidas invaluables para la gente humilde de esa zona, sin contar los daños a los cultivos y el inevitable ecocidio de la flora y fauna local.
Por ello, movidos por la desesperación, desde la mañana del martes 4 de junio los pobladores realizaron una manifestación pacífica en la carretera entre Coatepec y Las Trancas lo más cerca que pudieron de la capital del estado. Entre las 4 y 5 de la tarde, se presentaron elementos de la Secretaría de Seguridad Pública y procedieron a reprimir violentamente a los ciudadanos. Los videos que circularon en las redes son muy elocuentes: señoras y adultos mayores jaloneados, niños atropellados, hombres golpeados y destrozos en una tienda cercana. Además, los policías hicieron uso de extintores y de gas carbónico, dejando un saldo de varias personas hospitalizadas y otras más con crisis nerviosas.
La segunda acción represiva ocurrió apenas dos horas después en el municipio de Ixtaczoquitlán en la región de Córdoba-Orizaba, en donde más de 200 elementos de la policía reprimieron a los habitantes de la localidad de Rincón Tuxpanguillo, quienes llevaban más de 24 horas manifestándose para que el gobierno estatal enviará un helicóptero para sofocar el incendio del cerro “El Chinene”, pues el siniestro llevaba ¡10 días activo! Al igual que en Ixhuacán, el fuego amenazaba con extenderse a las comunidades aledañas y poner en grave riesgo la vida de miles de personas.
Y lo mismo que en Coatepec, los reportes de la prensa local hablan de decenas de lesionados y cuando menos una docena de hospitalizados debido a los golpes de la policía.
Además, una hora más tarde el gobierno estatal pudo haber cometido otra brutal acción represiva contra otros pobladores que en la carretera Orizaba-Puebla exigían celeridad para combatir el fuego en El Chinene, sin embargo, cuando las personas vieron llegar a los 100 granaderos decidieron retirarse, enterados seguramente de lo que habían hecho unas horas antes contra otros manifestantes.
¡Tres golpizas en menos de 24 horas!, ese pudo ser el saldo del 4 de junio, lo que dice mucho del carácter represivo, intolerante e irracional del gobierno estatal y de quien todavía ahora ocupa su titularidad. Nadie en su sano juicio puede dudar que estos pobladores se manifestaron en las calles ante el temor y la desesperación por ayuda y tampoco puede negarse que el gobierno estatal actuó lentamente.
Por eso resultó indignante que el gobernador Cuitláhuac García intentará sacudirse su responsabilidad y justificar su actitud represiva, acusando a una “organización priista” de estar instigando las manifestaciones en la zona de Coatepec, incluso llegando a sugerir que ellos también eran los culpables de los incendios. Y aunque no tuvo el valor de decir a qué organización se refería, sus afirmaciones fueron una clara alusión a la decidida participación de nuestros compañeros antorchistas de la colonia 2 de marzo que encabezados por sus dirigentes se solidarizaron con los manifestantes, debido principalmente a que tienen familiares que viven en la zona de los incendios y a que los habitantes de las comunidades cercanas los invitaron a sumarse a la protesta, surgida por pura iniciativa popular y sin ningún objetivo electorero, tal como puede verificarse en las declaraciones a la prensa de los mismos inconformes.
No hay mucho que aclarar al respecto: las acusaciones del gobernador Cuitláhuac García contra los integrantes del Movimiento Antorchista son puras calumnias viles y rastreras. Lo retamos desde este espacio a demostrar lo contrario.
Como sea, estas declaraciones no nos amedrentaron, los pobladores de las comunidades de Coatepec e Ixhuacán de los Reyes, agradecen y reconocen la participación de nuestros compañeros y, por ello, en las colonias antorchistas de la región de Xalapa y Coatepec se están organizando pequeños centros de acopio de alimentos y otros productos básicos, porque la gente humilde ha decidido, como siempre, solidarizarse con sus hermanos de clase en desgracia. Ya fue entregada ayer la primera ayuda recolectada por un grupo de comerciantes antorchistas.
No lo hacemos con ningún plan protagónico, no somos los únicos que lo están haciendo, pues muchos otros sectores se están solidarizando con esta desgracia: jóvenes estudiantes de la UV protestaron este miércoles frente a Palacio de Gobierno lanzando duras consignas contra el gobernador y su administración para exigir ayuda a la gente afectado y una acción más decidida contra la expansión del incendio; veterinarios están subiendo a las montañas para dar auxilio a los animales silvestres y domésticos afectados y grupos de voluntarios continúan llegando para extinguir completamente el fuego. A todos les extendemos nuestro sincero reconocimiento.
Estas muestras espontáneas de solidaridad son una elocuente prueba de que solo el pueblo organizado puede llevar a cabo grandes acciones en beneficio del propio pueblo pobre, eso sí lo sabemos los antorchistas desde hace 50 años y nuestras acciones simplemente son una prueba de que siempre seremos consecuentes.
Por lo pronto, es claro que el pueblo pobre de Veracruz necesitará de organizarse, luchar y tomar conciencia para enfrentar eficazmente a los trogloditas que desgraciadamente nos gobernarán otros 6 años.