LA CRISIS ELÉCTRICA QUE SE NOS VIENE

Andi Uriel Hernández Sánchez

En la recta final de este gobierno, ya se sienten los efectos de la falta de inversión pública en el sistema eléctrico nacional, por lo que muchos expertos vaticinan que, de no atenderse este problema, pronto los mexicanos nos enfrentaremos a una crisis por falta de energía eléctrica en todo el país, cuyas consecuencias para la producción económica y la vida diaria de las personas serán muy graves.

En México, más del 75% de la energía eléctrica que se consume es producida, transmitida y distribuida por la Comisión Federal de Electricidad (CFE), una empresa controlada por el Estado mexicano, mientras que el restante 25% se produce por el sector privado, sin embargo, el servicio doméstico, o sea el que se brinda a las casas de la gente y los pequeños negocios es controlado en absoluto por la CFE.

Pues bien, el mayor problema que enfrenta actualmente la CFE es la disparidad entre la producción de energía eléctrica y el crecimiento de la demanda. Según datos oficiales del Programa Nacional de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional mientras que la demanda de electricidad aumentó alrededor de 10%, la generación de energía eléctrica solo creció 1% en los últimos 5 años.

Esta es la razón de fondo de los recientes “apagones programados” o cortes de energía eléctrica que se han registrado desde el pasado 7 de mayo en más de 21 estados de la República. Pues como consecuencia de las olas de calor de las últimas semanas, la demanda de electricidad ha crecido aún más, misma que no puede cubrirse con la producción actual y, por lo tanto, el Centro Nacional de Energía Eléctrica (CENACE) ha tenido que cortar el suministro de electricidad a regiones enteras del país, para evitar que la red eléctrica del país termine de colapsar.

Los incidentes más graves ocurrieron entre el 7 y el 10 de mayo pasados, cuando se reportaron cortes de energía en 15 estados de la República, debido a que tres plantas generadoras de electricidad controladas por la CFE dejaron de suministrar energía a la red controlada por el CENACE, por lo que ésta anunció que el sistema eléctrico nacional entraba en estado de emergencia y optó por cortar el suministro durante varias horas a ciertas áreas del país.

No se necesita indagar mucho para imaginarnos las terribles consecuencias que estos cortes de energía provocaron a millones de mexicanos, por ejemplo, seguramente dejaron de funcionar los refrigeradores y muchos alimentos se descompusieron, se detuvieron los ventiladores y el aire acondicionado que en ciertas regiones del país son absolutamente necesarios para poder sobrevivir a las altas temperaturas, además de poner en riesgo la vida de mucha gente hospitalizada que necesitan de estar conectados a los aparatos eléctricos para sobrevivir.

Pero no es todo, seguramente hubo pérdidas en diversos negocios y talleres en los que la gente se auto emplean y ya ni hablemos de las afectaciones que sufrieron las costosísimas y sofisticas máquinas de las industrias.

Oscar Ocampo, experto del Cenace, explicó el 10 de mayo, que los apagones derivaron de una desafortunada combinación, entre la onda de calor que atraviesa el país que ha aumentado de manera importante la demanda del fluido eléctrico, junto con la sequía y a que, por supuesto, la oferta del sistema eléctrico mexicano no ha crecido a la par de la demanda. Los hechos son irrefutables y aquí no puede haber otros datos: el país necesita urgentemente actualizar la cantidad de energía eléctrica que produce.

En esos días el director general de la CFE, Manuel Bartlett Díaz, salió a decir que no existía ninguna crisis en el sistema eléctrico, pero la realidad se ha encargado de desmentirlo, pues los apagones programados siguen aplicándose en varias ciudades importantes y regiones rurales del país.

Este 27 de mayo, la página digital Forbes México reportó que diversas cámaras empresariales solicitaron públicamente que la CFE informara de forma anticipada de los cortes de energía, pues las afectaciones a las industrias están siendo muy grandes, sobre todo en el sector de la siderurgia (producción de acero), el sector automotriz, múltiples plantas cementeras y el sector de la minería.

Además, las cámaras empresariales afirmaron que las causas de los apagones son estructurales y ponen de manifiesto la necesidad de mejorar la infraestructura de generación y transmisión de electricidad, así como permitir la participación del sector privado en la producción y transmisión eléctrica.

Los antorchistas no pensamos que la solución rápida y fácil a este y otros problemas igual de graves, provenga de la inversión privada, aunque no la descartamos por completo, pero estamos convencidos de que siempre será mejor que los servicios estratégicos del país los administre el Estado, que debe ser electo y representativo de toda la población. Por lo tanto, el error se encuentra en los actuales gobernantes, en su falta de previsión, en la carencia de conocimientos profundos sobre las causas de los graves problemas que enfrenta el país y, por tanto, su falta de visión para encontrar las soluciones verdaderamente útiles y aplicables.

No hay duda de que la infraestructura que genera la electricidad en el país se encuentra mayormente obsoleta, pues según datos proporcionados por la revista Expansión, especializada en economía, el 55% de la producción de energía depende del gas natural que compramos principalmente a los Estados Unidos, y del combustóleo producido por Pemex, recursos fósiles que se utilizan en la totalidad de plantas generadoras de energía eléctrica que administra la CFE, y que es un método de producir electricidad altamente contaminante y dañino.

Otro 9.7% de electricidad de México es generada por las hidroeléctricas, o sea, a través de la fuerza del agua en presas, es importante mencionar que el gobierno de López Obrador se comprometió a fortalecer este método de producción, pero la medida le salió contraproducente ante las persistentes sequías que azotan al país.

La producción de energía eólica, es decir, aprovechando la fuerza del viento apenas representa el 6.8%, mientras que la que se genera utilizando la energía del sol, representa solo el 5.3%. Es importante destacar que cuando el gobierno actual limitó la participación de las empresas privadas en el sector eléctrico se cancelaron diversos proyectos de generación de electricidad con este tipo de energías renovables.

Por otro lado, la producción de electricidad utilizando carbón, como se hacía en el siglo pasado, todavía representa en México el 4.8%, mientras que la electricidad que proviene de la energía atómica apenas alcanza apenas el 3.6%, pues solamente existe una central nucleoeléctrica en el país, la que se ubica en Laguna Verde, Veracruz, mientras que Francia, por ejemplo, administra más de 59 nucleoeléctricas con las que abastece hasta el 75% de su mercado interno.

Pero la causa principal de la crisis energética que se avecina se encuentra en la carente inversión de recursos públicos para crear nuevas plantas generadoras, fortalecer los sistemas de producción con energía renovables y, sobre todo, para renovar y dar mantenimiento al sistema de distribución compuesto por subestaciones de servicio, transformadores, cables de alta tensión, postes, etc.

Según el economista, Sergio Castañeda Morales, en marzo de 2021 la CFE anunció la construcción y ampliación de 6 centrales de ciclo combinado, pero en su último informe anual de 2022, ya no eran 6 sino 5 proyectos los que prometían que entrarían en operaciones hasta 2025, sin embargo, en una presentación de la CFE en diciembre de 2023, se informó que estas 5 obras llevaban un avance físico de menos del 60%, por lo que se ve casi imposible que estén concluidas para 2025.

Así pues, la situación que enfrentaremos los mexicanos en los próximos meses y años será delicada, es probable que los apagones se multipliquen y se generalicen a más regiones del país, por lo que las duras consecuencias de este nuevo error del gobierno actual, tarde o temprano lo sentiremos todos los mexicanos, principalmente los más humildes e indefensos a quienes siempre nos toca la peor parte. Si el próximo gobierno, sea del color que sea, no toma medidas serias ni realiza la inversión que se requiere, pronto nos enfrentaremos no solo a la carencia de agua potable, como ya lo estamos viviendo, sino también a la carencia de electricidad. El problema, pues, no es menor.

Por otro lado, este es, sin duda, otro pésimo resultado del hombre que intentó hacer una supuesta “transformación” del país, de manera solitaria y desde el poder, con lo que nuevamente queda demostrado que las transformaciones trascendentales para la sociedad, únicamente son posibles con la participación masiva de las clases trabajadoras organizadas, educadas políticamente y en lucha permanente. Cualquier otra cosa, es pura y llana demagogia.