“Narcotráfico venezolano”, absurdo pretexto para la invasión gringa

Andi Uriel Hernández Sánchez

En la medida en que la hegemonía del imperialismo estadounidense sobre el planeta se debilita y se fortalece el nuevo orden mundial multipolar, Estados Unidos, cual bestia herida de muerte, aumenta su agresividad y pretende atrincherarse en América Latina para enfrentar a las naciones renledes, por lo que necesita el control total de sus recursos naturales y colocar gobiernos lacayos y serviles. Este es el verdadero objetivo de la escalada militar contra Venezuela y de la absurda y peligrosa campaña de linchamiento en contra de sus gobernantes, por lo que el “combate al narcotráfico” no es más que el pretexto en turno.

Los gobiernos de Estados Unidos, demócratas y republicanos por igual, llevan más de dos décadas intentando derrocar a los gobiernos bolivarianos para tener acceso ilimitado y gratuito a los ricos yacimientos de oro, petróleo y gas natural de Venezuela, cuyas reservas ocupan los primeros lugares mundiales. Lograr un cambio de régimen en el país sudamericano se ha convertido en una verdadera obsesión para el imperialismo, que no perdona el hecho de que los venezolanos respalden un gobierno nacionalista, que intenta construir un sistema económico y social que beneficie principalmente a los trabajadores y no a las grandes trasnacionales estadounidenses, como ocurre en otros países latinoamericanos.

Para lograr su propósito, los gobiernos estadounidenses han promovido golpes de Estado fallidos, sanciones económicas criminales para hundir a los venezolanos en la miseria, han desconocido elecciones legítimas, provocado violencia extrema en las calles, apoyado falsos “presidentes” como Juan Guaidó, organizado atentados contra los presidentes Nicolás Maduro y Hugo Chávez (quizá su asesinato), entre muchas otras agresiones, y ahora se han inventado la existencia de un supuesto “Cártel de los Soles”, dedicado al tráfico de cocaína, para justificar una invasión militar sobre Venezuela.

El gobierno de Trump ha desplegado una poderosa fuerza naval y aérea para cercar las costas venezolanas en el Caribe y el Pacífico: siete buques de guerra con más de mil 200 misiles, dos submarinos con arsenal nuclear, toda clase de helicópteros y aviones militares y cerca de 8 mil marines prestos a desembarcar en suelo venezolano tan pronto reciban la orden.

Decenas de naciones alrededor del mundo, entre las que destacan Rusia, China e Irán, han condenado esta escalada bélica, mientras que el gobierno venezolano no se ha dejado intimidar y se prepara para defender su patria, incrementando el alistamiento voluntario en su ejército, movilizando sus tropas y adquiriendo armamento capaz de plantar cara al agresor extranjero. Nadie, sin embargo, quiere la guerra, porque de ocurrir se cobraría la vida de cientos de miles de personas inocentes y provocaría una terrible catástrofe humanitaria como la que vemos Ucrania o la Franja de Gaza, en conflictos promovidos por Estados Unidos.

Como tantas otras veces en el pasado, el pretexto para la invasión es totalmente falso, pero ahora la administración Trump está rallando en el absurdo total. Venezuela no es parte de las redes mundiales de producción y distribución de drogas en el mundo, así lo reconocen tanto el Informe Mundial sobre las Drogas 2025 de la Organización de Naciones Unidas como el informe National Drug Threat Assessment de 2024 y 2025 de la DEA (organización policial estadounidense dedicada al combate del narcotráfico).

Ambos informes coinciden en que el 95% de la droga que se produce en Sudamérica proviene de Colombia, Ecuador y Perú (todos gobernados por lacayos del imperialismo) y que se distribuye principalmente a través de redes en el Pacífico, el Caribe colombiano y Centroamérica. Según la ONU, solo el 5% de la droga intenta pasar por territorio venezolano, pero es mayoritariamente interceptado por las guardias venezolanas, tampoco hay indicios de plantíos o laboratorios del narcotráfico en su territorio. La DEA, por su parte, reconoce que el 97% de la cocaína consumida en Estados Unidos se produce en Colombia, mientras que el 3% proviene de Perú y Bolivia, lo que significa que de Venezuela proviene el 0%.

Hay más. Ningún informe oficial de la DEA, menciona la existencia de una organización llamada “Cártel de los soles” que según el presidente Donald Trump es comandada por el presidente venezolano, Nicolás Maduro, ni en 2025, ni en años anteriores, por lo que no es más que un invento del gobierno estadounidense.

Por cierto, a diferencia de Venezuela, los informes de la DEA han mostrado que al interior de Estados Unidos sí opera una poderosa red de narcotráfico capaz de garantizar que el país sea autosuficiente en la producción de marihuana (legalizada en varios estados) y de operar sin contratiempos la distribución de estupefacientes más potentes y adictivos como la cocaína, la heroína, las metanfetaminas y el fentanilo. En suelo estadounidense, la industria de narcóticos genera ganancias anuales que superan los 600 mil millones de dólares, curiosamente la misma cifra que la industria farmacéutica y, superior, a los 400 mil millones generados por el petróleo o el gas natural. Asimismo, Estados Unidos es el principal blanqueador de dinero del narcotráfico a nivel mundial, con poderosos bancos implicados como HSBC Bank USA, Wachovia, Wells Fargo y Bank of America. (Más en :https://observatoriocrisis.com/…/todos-los-elementos…/)

Sin embargo, a pesar de la contundencia de estos datos, la DEA no investiga ningún posible vínculo de los cárteles del narcotráfico con los funcionarios estadounidenses en aduanas, ejército, cuerpos policiacos, gobiernos locales, tribunales y la administración federal, sin cuya complicidad sería imposible la distribución de estupefacientes y, aunque tiene un milimétrico y exacto mapeo de las redes de comercialización en Colombia, México y otros países latinoamericanos, no hacen lo mismo en lo que respecta a las redes de comercialización al interior de Estados Unidos. Nunca hemos oído de capos norteamericanos, no porque no existan, sino porque se oculta deliberadamente su participación, convirtiendo a la DEA en un instrumento más de propaganda para justificar amenazas extranjeras y agresiones militares en países insumisos. (Detalles en: https://spanishrevolution.net/eeuu-no-es-victima-es-el…/)

El montaje mediático impulsado por el gobierno estadounidense ha llegado a niveles totalmente absurdos, como aquellos videos que han circulado en los cuales los buques de guerra gringos hunden lanchas pesqueras en el Caribe, que supuestamente transportan “toneladas de droga con destino a los Estados Unidos” y que analistas serios de los propios medios occidentales han coincidido en que se trata de material generado por inteligencia artificial.

No obstante, lo ridículo que resultan los argumentos de Trump, debemos tener bastante claro que no los detendrán si es que han decidido llevar su plan hasta el final, es por ello que todas las fuerzas progresistas del planeta debemos denunciar, en la medida de nuestras posibilidades, la nueva agresión promovida por el imperialismo contra un pueblo que ha decidido emprender el camino de la construcción de un orden social nuevo y mejor para los trabajadores. Todos debemos estar alertas y contribuir a que las clases trabajadoras abran los ojos y se den cuenta de las mentiras que promueven los medios de comunicación al servicio del imperialismo. El triunfo del nuevo orden mundial no será fácil ni sencillo, ya vemos los terribles dolores de parto que le provoca al mundo, por ello, debemos colaborar en el combate ideológico del viejo orden mundial.