El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Veracruz Sur informa sobre la marea alcalina o mejor conocido como “mal del puerco”, que es un evento fisiológico natural evidenciado en la disminución de energía debido a un exceso en la producción de bicarbonato en la sangre.
La nutrióloga del Hospital General Regional (HGR) No. 1 de Orizaba, Adriana Monserrat López Hernández, explicó que la ingesta excesiva de alimentos, masticar rápido y una vida sedentaria son factores que provocan pesadez y somnolencia después de comer.
Detalló que, al comer el organismo genera calor para metabolizar los alimentos y convertirlos en energía; sin embargo, si no se come lo adecuado y en forma correcta, ocasiona el efecto contrario, es decir, sueño y falta de energía.
“Al realizar el acto de comer, la glucosa que está en la sangre se va hacia el sistema nervioso, e inhibe la actividad de células que tenemos en una estructura muy en particular en el cerebro llamado hipotálamo lateral; Ahí, hay unas neuronas llamadas orexinérgicas, y cuando hay glucosa en sangre, estas células dejan de disparar su frecuencia, su actividad disminuye y eso facilita que se instale esa sensación de tranquilidad y de quedarnos dormidos”, refirió.
La especialista en nutrición mencionó que la ingesta de productos ricos en harinas, sales y azúcares refinadas, además de causar los síntomas anteriores, cuentan con escaso valor nutrimental, por lo que recomendó sustituir las galletas, papas y refrescos, por agua natural y frutas de temporada.
Mencionó que para evitar el “mal del puerco”, es recomendable consumir alimentos en porciones pequeñas en las que se balanceen proteínas y grasas, además de beber medio litro de agua antes y después de comer para facilitar el trabajo del sistema digestivo al diluir los nutrientes.
Advirtió que no desayunar es otro factor que influye en la marea alcalina, ya que al aumentar el apetito en el transcurso de la mañana se recurre al consumo de alimentos chatarra, lo que ocasionan que una aparente saciedad que deriva en que la persona que ya no cumpla con los ciclos de alimentación subsecuentes.
Por lo anterior, la nutrióloga del IMSS recomendó asistir periódicamente con el especialista para recibir orientación y una dieta adecuada de acuerdo a sus necesidades, además de realizar por lo menos 30 minutos de ejercicio al día, así como evitar el consumo de refrescos, bebidas azucaras y comida chatarra.